sábado, 19 de noviembre de 2016

MÓDULO 2: Pautas de intervención en el acoso escolar

Caso 2: victimización de tipo activo

A continuación voy a realizar un esbozo de intervención en el caso número dos, una victimización de tipo activo. En primer lugar haré una descripción del problema a partir de la información facilitada, más tarde haré una propuesta de intervención y, por último, planificaré el tipo de seguimiento para comprobar que la intervención ha sido efectiva.

Comienzo pues con la descripción del problema, explicando la situación de la clase y de los protagonistas del caso...

Según los datos aportados en el informe del grupo de la herramienta online Mybullling (SociEscuela) han contestado al test 28 alumnos/as con una media de 11 años. La inmensa mayoría se siente bien, tiene amigos en el grupo y considera que hay orden y tranquilidad para dar la clase. Hay 4 alumnos/as amables, respetuosos/as y que ayudan a los demás (alumno 12, alumna 19, alumna 1, alumna 4), especialmente los dos primeros.

Sin embargo, también indican que existen algunos conflictos. Concretamente, 20 de los 28 alumnos son testigos de acoso a la alumna 24. Según indican los compañeros/as muchas veces le aislan, rechazan o hablan mal de ella, algunas veces le insultan, intimidan o le maltratan físicamente. El autoinforme de la alumna indica que estas conductas se producen muchas veces y también refiere que le molestan por internet o el móvil (esto puede estar pasando desapercibido para los/as demás).

Los compañeros/as creen que la alumna 24 lo pasa muy mal, que discute bastante, que le gusta llamar la atención, que no es tranquila ni tímida. Indican que se defiende algo mal y creen que tiene 2 amigos/as. La propia alumna confirma que lo lleva muy mal e informa de que no tiene ningún amigo/a. Lleva meses viviendo esta situación en la que le molestan chicos de su clase y otras clases y no sabe la razón. Esta alumna está aislada en su clase, pues el 74% indica que no la quiere como compañera de mesa y ninguno de los compañeros/as dice que se junta con ella. Esto refleja una situación de acoso consolidada.

Según las respuestas de la alumna al acoso, se trataría de un caso de victimización de tipo activo.

A continuación explicaré la posible intervención...

En primer lugar hay que asegurarse de detener las agresiones a la alumna. Para ellos hablaremos con los agresores y les informaremos de la gravedad de sus conductas y de las consecuencias que habrá si vuelven a realizarlas. También implicaremos a sus familias para que colaboren en el control de estas conductas. Por otra parte, se informará a los docentes y cuidadores de la situación de acoso para que estén más atentos y puedan evitar que se produzcan agresiones.

Realizaremos una entrevista con la alumna para obtener más información, conocer con detalle lo que ha ocurrido (cómo se inician las agresiones, participantes, frecuencia, su respuesta) y cómo se siente. En esta entrevista le manifestaremos nuestro apoyo y deseo de ayudarle y estableceremos un canal de comunicación con la alumna para conocer cualquier hecho que se produzca y así poder actuar. También le preguntaremos por sus preferencia respecto a los alumnos prosociales (alumno 12, alumna 19, alumna 1, alumna 4) y sus amigos más directos (ella indicaba que estaba a gusto con Antonio C. y Manuel). Con esta información elegiremos una pareja que harán de Alumnos-ayuda (uno prosocial y un amigo suyo), les entrevistaremos y pediremos su colaboración en este caso. Aconsejaremos a la alumna acosada que cuando estén presentes sus agresores y no haya profesor, procure estar acompañada de uno de estos alumnos para estar más protegida. Debe evitar situaciones de riesgo como ir por sitios del centro que no estén vigilados o comunicarse por la redes sociales con los agresores. Por otra parte, mantendremos al compañero de mesa, ya que ella indicaba que estaba bien con él, pero modificaremos la ubicación de otros alumnos para hacer que la alumna 24 esté más cerca de los Alumnos-ayuda, al tiempo que está más alejada de los alumnos que le molestan. Al hacer los cambios tendremos en cuenta que los Alumnos-ayuda permenezcan también cerca de sus amigos, para que todos/as estén a gusto. Es importante también compensar la colaboración de estos alumnos dedicándoles más atención e informando y mostrando agradecimiento a sus familias.

Después, al tratarse de un caso de victimización de tipo activo, vamos a realizar actividades de control de la impulsividad (reconocimiento de las propias emociones, técnicas de relajación...). Si nuestra alumna es capaz de controlar mejor sus respuestas ante las provocaciones de otros/as alumnos/as, se sentirá mejor y evitará problemas (los alumnos agresivos dirigen sus ataques a alumnos de los que obtienen una respuesta, ya sea miedo, vergüenza o ira).

Una vez que la alumna es capaz de controlar mejor sus impulsos, se realizarán actividades de habilidades sociales (empatía, comunicación asertiva, pedir ayuda, disculparse, convencer a los demás, defender los propios derechos, responder a las bromas/ataques...). En mi opinión es importante que estas actividades no sean solo para la alumna acosada, sino que también se realice un trabajo de tutoría con todo el grupo para mejorar la cohesión del grupo, fomentando el respeto, la tolerancia, la ayuda entre iguales... Aunque no todos los alumnos participan por el igual en el acoso, existe un rechazo generalizado a la alumna y posiblemente un consentimiento de la situación. Creo que es necesario cambiar esta dinámica en el grupo y que los que ahora son parte del problema se conviertan en parte de la solución. Hay que hacer un trabajo específico con los acosadores. Es necesario saber qué les ha llevado a mostrar estas conductas e intervenir sobre ello. Habrá que enseñarles formas positivas de obtener respeto, reconocimiento, etc. de los compañeros/as.

Por último indicaré un plan de seguimiento para comprobar que la intervención ha sido efectiva. Este plan incluirá entrevistas periódicas (en un principio semanales) con la alumna para conocer como va cambiando la situación y cualquier dificultad que pueda surgir. Se producirá una valoración constante en el aula y en las actividades para control de la impulsividad y mejora de las habilidades sociales. Pueden registrarse tanto las conductas de acoso, como las conductas positivas (interacciones positivas, ayuda...) que se vayan produciendo. También, una vez finalizada la intervención, se volverá a utilizar el test Mybulling para que los alumnos vuelvan a valorar las relaciones del aula. Este nuevo informe debería reflejar importantes cambios si dicha intervención ha sido efectiva.

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